De la perseverancia al éxito

A mí me gustan mucho las biografías, siempre hay alguna cosa para aprender en ellas. 🤗

Hoy quiero hablarte de William Colgate, fundador de una empresa que todos reconocemos y cuya trayectoria personal contiene varias lecciones de productividad y perseverancia.

William Colgate nació en Hollingbourn, Inglaterra, en enero de 1783.
Cuando William todavía era un niño, su familia emigró a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades. Su padre, Robert Colgate, no era únicamente agricultor, sino que también tenía conocimientos sobre la fabricación de jabones y velas.

Con este oficio, intentó establecer una fábrica en Baltimore, pero su negocio fracasó en menos de dos años, obligando a la familia a dedicarse nuevamente a la agricultura.

Esta temprana exposición al negocio del jabón, aunque marcada por el fracaso, plantó una semilla en el joven William, quien aprendió las bases del oficio observando a su padre.

A los 21 años, William decidió forjar su propio camino y se trasladó a Nueva York, donde comenzó como aprendiz del fabricante de jabones John Slidell. Este periodo formativo fue crucial para perfeccionar sus habilidades antes de emprender.

En 1806, fundó «William Colgate & Company» en Manhattan, especializándose en la producción de jabones, velas y almidón. Es interesante destacar que la pasta dental, por la que la marca es mundialmente conocida hoy, no se desarrolló hasta después de su fallecimiento.

Lo que distinguió a William fue su combinación de ética laboral, espíritu innovador y compromiso con la mejora continua. No se limitaba a seguir las prácticas establecidas, sino que constantemente buscaba perfeccionar sus productos y procesos de fabricación.

Paralelamente a su éxito empresarial, William mantuvo un profundo compromiso con sus valores.
Era cristiano devoto y destinó una parte significativa de sus ganancias a obras de caridad, construyendo un legado que trascendía el ámbito comercial. La universidad Colgate lleva su apellido en reconocimiento a su labor como benefactor.

Al fallecer en 1857, dejó mucho más que una empresa próspera; legó una filosofía donde el trabajo disciplinado, la innovación y la generosidad se entrelazan armoniosamente. Su empresa, más de dos siglos después, sigue siendo una de las más importantes del sector.

¿Qué podemos aprender de William Colgate?

🧩 Identifica tu verdadera vocación.
William no se conformó con la granja familiar, sino que buscó su auténtica pasión.

🧩 El fracaso es parte del proceso
El negocio fallido de su padre fue en realidad el primer capítulo de un gran éxito.

🧩 Aprende antes de emprender.
Invirtió tiempo como aprendiz antes de lanzar su propio negocio.

🧩 Ubícate estratégicamente.
Eligió Nueva York como centro de operaciones por su potencial de crecimiento.

🧩 Innova constantemente.
No se conformó con los procesos establecidos, sino que buscó la mejora continua.

🧩 Equilibra éxito y propósito.
Su carrera no solo se centró en el beneficio económico, sino en generar un impacto positivo. Su éxito empresarial siempre estuvo alineado con sus valores personales.

¿Sabes?, he hecho un vídeo de 11 minutos muy interesante si eres de las personas que tienen esta vocecita que les va diciendo…. «ya lo harás mañana»