Pedro I el Grande y delegar

El Zar Pedro I el Grande de Rusia, uno de los hombres más poderosos de su tiempo allá por 1700, hizo algo poco habitual e inverosímil: 😅

Se disfrazó, se puso un delantal de trabajo… y se fue a Holanda a aprender carpintería naval. Sí, un zar trabajando como aprendiz.

¿Por qué?

Porque quería construir una gran flota para Rusia. Pero sabía que no bastaba con dar órdenes desde un trono: para liderar bien ese proyecto, tenía que entenderlo desde dentro.

Pedro el Grande no se quedó en la teoría. Trabajó en astilleros, manejó herramientas, habló con obreros, entendió los procesos. Solo así pudo después volver a Rusia y decir con autoridad: “Esto es lo que necesitamos. Esto es lo que funciona. Esto es lo que hay que cambiar.”

📌 Y aquí va la lección para ti (y para mí): no se puede delegar bien lo que no se comprende.

Delegar no es soltar tareas como si fueran patatas calientes. Delegar bien es dar dirección, contexto y criterio. Es saber qué esperar. Es poder distinguir entre un trabajo mediocre y uno excelente… y para eso, hay que haberlo vivido al menos un poco.

No necesitas volverte experto en todo. Pero sí lo suficiente como para:

  • Saber qué pedir
  • Entender si está bien hecho
  • Dar feedback útil
  • Valorar el trabajo del otro

Delegar bien te libera tiempo, sí. Pero solo si primero inviertes un poco de tiempo en conocer lo que estás delegando.

Así que la próxima vez que quieras pasar una tarea… pregúntate antes si sabes cómo se hace. Y si no, ¿qué puedes hacer para aprender lo justo para delegar con cabeza?

Como decía Pedro el Grande (bueno, no sé si lo decía, pero debería haberlo dicho):
“Para dirigir un astillero, hay que saber usar un martillo.”

En el curso que estoy preparando sobre cómo organizarte para trabajar mejor, le dedico un módulo entero a delegar.

¿Sabes?, he hecho un vídeo de 11 minutos muy interesante si eres de las personas que tienen esta vocecita que les va diciendo…. «ya lo harás mañana»