Este fin de semana pasado hice un viaje en la historia hacia principios del siglo XX, cuando la revolución industrial hizo que prosperaran muchas “colonias textiles” en Catalunya, que fueron el motor económico catalán durante muchos años.
Fui a visitar la “Colonia Museu Can Vidal”.
Si no eres de la zona, seguramente te preguntarás que es una “colonia textil” y te lo voy a explicar de manera resumida.
Por un lado, hay la fábrica que se construye al lado de un río para aprovechar la energía que genera el agua. En la fábrica se procesa el algodón para primero convertirlo en hilo y después este hilo se teje y se obtiene tela de algodón de diferentes tipos para diferentes usos: ropa de vestir, ropa de casa como sábanas y manteles, etc.
Por el otro lado, junto a la fábrica se construyen viviendas (que eran del propietario de la fábrica) para los obreros, con una serie de condiciones que ahora nos parecen muy malas, pero en aquella época eran muy buenas porque garantizaban trabajo, vivienda y poder ahorrar algo de dinero.
Era una seguridad que era difícil de conseguir, ya que por aquellos tiempos muchos días no había qué poner en el plato para comer.
El hecho de construir las viviendas al lado de la fábrica era para ahorrar tiempo en los desplazamientos, ya que la mayoría de los obreros vivían en casas de payés apartadas y se trasladaban a pie.
Pero también había un motivo económico porque los obreros pagaban alquiler y estaban obligados a que al menos 3 de las personas que vivían en los pisos trabajaran en la fábrica (y estaba prohibido trabajar en otro sitio).
Además, en la colonia había tienda de esas que venden de todo, donde la gente iba a comprar la comida, los productos de limpieza, la ropa y todo lo que necesitaban.
La persona que diseñó esta colonia en particular, el Sr. Vicenç Vidal era el segundo hijo del propietario, era ingeniero y tenía una mente brillante.
Diseño la colonia para que cubriera todas las necesidades, porque también había guardería para los bebés, escuela para los niños menores de 10 años (después ya empezaban a trabajar), había una especie de albergue regentado por monjas para las trabajadoras solteras sin familia en la colonia, había bar, iglesia, oficina bancaria, médico, biblioteca, teatro y cine, o sea, como si fuera un pueblo con todos los servicios, pero acatando las normas del propietario.
La colonia, igual que la fábrica, también estaba diseñada para ser productivas en todos los sentidos, el día a día incluido.
Turnos de 12 horas, de 5 h a 17 h y de 17 h a 5 h, de lunes a sábado, para no parar las máquinas.
Guarderías para que las mujeres pudieran ir a trabajar a los pocos días de haber dado a luz.
Iglesia para poder ir a misa (obligado) sin salir de la colonia y tienda para no perder tiempo en ir al pueblo a comprar.
Biblioteca para quien quisiera aprender más en sus pocas horas libres y ser capataces o contables y también para poder dar enseñanza extra a los niños que despuntaban por su inteligencia, a algunos incluso les pagaba la universidad a cambio que volvieran a la fábrica como ingenieros.
Los pisos tenían 3 habitaciones, pero dentro vivían hasta 10 personas, por lo que mientras unos dormían, los otros trabajaban y con la mitad de camas tenían suficiente.
Cuando visitamos la zona de los telares donde el hilo se convierte en tela, el guía nos explicó que los telares los controlaban las mujeres.
Cada telar tenía unas 1000 agujas que tenían que enhebrar y controlar que no se rompiera ningún hilo, ni se atascara la tela.
Cada mujer controlaba 4 telares y durante los minutos del cambio de turno o cuando alguna compañera tenía salir por cualquier motivo, pasaba a controlar 8 telares una sola mujer.
¡Esas mujeres eran ultraproductivas!
Menos mal que este tiempo ya quedó atrás y las condiciones laborales han mejorado en todos los sentidos, pero en su época, a pesar de que el trabajo era muy duro como en todas partes, trajeron mucha prosperidad a la gente que vivió en las colonias.
¡Fue una visita muy interesante!
Si quieres saber más sobre esta visita, no dudes en contactarme y te responderé.
¿Sabes?, he hecho un vídeo de 11 minutos muy interesante si eres de las personas que tienen esta vocecita que les va diciendo…. «ya lo harás mañana»